domingo, 16 de noviembre de 2014

CONFERENCIA "LA MINERÍA Y LOS PIGMENTOS MINERALES EN LA ANTIGUEDAD"(Etapa Prehistórica y Período Clásico)

    La Asociación Mineralógica Aragonito Azul organiza y patrocina esta conferencia sobre la utilización de los minerales a través de los tiempos. Una vez más estamos dando a conocer el mundo de los minerales y de las rocas además de la importancia de las mismas en la vida cotidiana de las personas y de las civilizaciones, colabora también la Concejalía de Cultura y Juventud del Ayuntamiento de Bembibre (León)



LA MINERÍA Y LOS PIGMENTOS MINERALES EN LA ANTIGÜEDAD
(Etapa Prehistórica y Período Clásico)
De Paz Núñez, E. Mª. 1 y Matías Rodríguez, R. 2
1 Licenciada en Bellas Artes. evamaria.depaz.nunez@gmail.com
2 Departamento Ingeniería Minera. Universidad de León. dimrmr@unileon.es


RESUMEN

  Tanto para la Prehistoria como para el Período Clásico, basándonos en el análisis
conjunto de las evidencias escritas junto con recientes hallazgos de campo realizados en
zonas geográficas concretas, parece evidente que la minería tuvo en la Antigüedad un
papel nada despreciable en la puesta en circulación de muchas materias primas
minerales utilizadas como pigmentos, entre las que destaca por la particularidad de sus
yacimientos y espectacular valor el cinabrio o bermellón, que incluso llegó a ser
monopolio del Estado en la Época Romana.


    El color de los minerales sugirió al hombre desde la más remota antigüedad, la
posibilidad de utilizarlos como pinturas que, en principio, formaban parte de rituales
funerarios mágicos dado que se les atribuía, sobre todo al cinabrio, poderes
sobrenaturales asociados a la vida eterna. (Mansilla, 1995).

Las muestras de pigmentos minerales más antiguas corresponden a ocre rojo de
hace al menos 300.000 años hallado en el yacimiento de Terra Amata, en Niza
(Francia). En el Paleolítico Superior, hace 31.000 años, un nivel de habitación del
yacimiento de Arcy-sur-Cure (Francia) apareció totalmente espolvoreado de hematites.

Se ha encontrado también ocre espolvoreado en enterramientos del Paleolítico Medio de
La Ferrassie (Francia), Shanidar (Irán) y Gafzeh (Israel). La misma costumbre se ha
encontrado en el Mesolítico y en el Neolítico, en donde destaca el enterramiento
dolménico de la localidad de La Velilla, en Osorno - Palencia (España), fechado en el
IV Milenio a. C. y en donde aparecieron los restos óseos de más de medio centenar de
individuos recubiertos de una espesa capa de una mezcla de cinabrio y hematites
(Zapatero, 1990; Martín-Gil et al., 1995).

En las excavaciones arqueológicas de los hábitats del Paleolítico es también
frecuente hallar trazas de pinturas minerales como manchas en objetos de hueso o
piedra o desparramados, a veces de manera muy profusa, por toda la superficie. Se
hallan también terrones de ocre, concreciones de limonita, minerales de manganeso y,
en algunos casos, piritas.

No obstante, hasta ahora no ha sido aclarado suficientemente el destino de esas
pinturas. Algunos investigadores suponen que sirvieron para pintarse el cuerpo o para
hacer tatuajes, en relación con los paralelismos actuales de algunas tribus indígenas
australianas, africanas o amazónicas. Sin embargo, las poblaciones que han de llevar
cubierto el cuerpo por las bajas temperaturas del entorno prefieren utilizarlos pintando
partes de sus ropas, como los pueblos esquimales. Lo más probable es que pintaran sus
vestidos, los trenzados y objetos de madera, además del uso reconocido en las paredes
de las cavernas o rocas en abrigos al aire libre (Semenov, 1981).

Los antiguos artistas a la hora de decidirse a escoger los pigmentos, debían tener
en cuenta cómo sería el sustrato o la capa de preparación. Por ejemplo, en pintura mural,
debido al poder de reacción de la cal, no todos podrían aplicarse. Sabían también que
los pigmentos podían cambiar de coloración con el transcurso del tiempo (la azurita
puede pasar a verde o negro, el cinabrio se oscurece,...). Seleccionaban del Apothecarios
o por su cuenta, los minerales y plantas más idóneos que luego secaban, molían,
tamizaban, maceraban, etc. Es decir, dominaban los materiales que utilizaban en cada
procedimiento pictórico. Como consecuencia de ello, sus obras generalmente se han
conservado mejor que otras mucho más modernas.


Así son las cosas y así se las hemos contado.

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